Las pupilas puntiformes realizan la acción contraria a la midriasis o dilatación, es decir, se produce una contracción producida por el músculo ciliar que disminuye la pupila de tamaño. Cuando el ambiente es más oscuro o por la noche, las pupilas se dilatan para que, entre por tanto un mayor nivel lumínico, y cuando nos exponemos a una situación de gran luminosidad, las pupilas se contraen para proteger al ojo. Sin embargo, puede ocurrir que independientemente de una mayor o menor luminosidad, las pupilas permanecen contraídas. Esta afección es lo que llamamos pupilas puntiformes o miosis patológica. Cuando esto ocurre se debe acudir lo antes posible a un especialista ya que puede ser algún problema de mayor gravedad. Causas: a) Consumo excesivo de drogas: la intoxicación por estas sustancias, como la heroína, metadona o cocaína, afectan a nuestro sistema nervioso central causando miosis bilateral pudiendo llegar incluso a provocar una parada cardiorrespiratoria. En caso de intoxicación por heroína las pupilas llegan a ser tan mióticas, contraídas, que se las suele llamar puntas de alfiler. b) Síndrome de Horner: hace que la pupila se contraiga, el párpado se caiga y la sudoración disminuya como consecuencia de un accidente cerebrovascular, tumor o lesión en la médula espinal. c) Hemorragia en el puente tronco encefálico del cerebro d) Por exposición a sustancias químicas: suele ocurrir en aquellos trabajos que entran en continuo contacto con fertilizantes o herbicidas en el ámbito de la agricultura.