Es un grupo de desórdenes genéticos que afectan la capacidad de la retina para responder a la luz, es hereditaria que causa una pérdida lenta de la visión.
Tratamiento: Actualmente, no es posible detener la pérdida de visión que provoca la retinosis pigmentaria (aunque sí puede aprovecharse el resto visual de los pacientes gracias a ayudas de baja visión). A) Terapias génicas: están en fase avanzada de investigación y consisten en el reemplazo del gen defectuoso por uno sano para evitar que progrese la enfermedad. Requieren conocer la causa molecular en cada paciente, por lo que solo son aptas para aquellos a quienes previamente se haya identificado la mutación en el gen responsable a través del diagnóstico genético, imprescindible para poder diseñar una estrategia terapéutica individualizada. B) Terapias celulares: basadas en la introducción de células sanas en el tejido retiniano afectado, al que deben integrarse (cumpliendo con las complejas funciones de las células de la retina después de haber sido cultivadas en el laboratorio a partir de las células madre obtenidas de otro tejido). Esta estrategia es independiente de la causa molecular y, una vez logren superarse las dificultades del proceso, podrá aplicarse en estadios más severos de la patología que las terapias génicas. C) Chip de retina: la visión biónica ya hace posible la percepción de estímulos luminosos para facilitar la localización e identificación de objetos en personas invidentes. Se está trabajando en modelos que aporten cada vez una mayor resolución de las imágenes y que permitan dar el salto definitivo de esta tecnología que estimula artificialmente la retina.