Es una inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes, es prolongada, la causa no se conoce, es una enfermedad autoinmunitaria, o sea el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
Tratamiento: en la actualidad no tiene ningún tratamiento que permita curar la patología, pero las terapias farmacológicas y estrategias de tratamiento son muy eficaces y permiten un buen control de la enfermedad.
Hay dos tipos de fármacos: a) para aliviar el dolor (antiinflamatorio y corticoide) b) los que sirven para modificar la enfermedad a largo plazo, pueden ser efectivos semanas e incluso meses después del tratamiento. Usamos los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (Fames), el más utilizado es el metotrexato. Otros medicamentos serían la sulfasalazina y la leflunomida. También se usan terapias biológicas: antagonistas del TNF (etanercept, adalimumab e infliximab), abatacept y rituximab, mejoran el dolor y la inflamación y evitan la destrucción articular. Ambos pueden tener efectos secundarios, pero en general son bastante seguros y los pacientes los toleran bien. Si la enfermedad está muy avanzada, la única solución será cirugía.