Se producen a consecuencia de una herida transmural del globo ocular producida por un objeto contundente. El globo ocular está lleno de líquido que no se comprime, por eso su traumatismo produce un aumento temporal de la presión intraocular. Puede romperse: 1) en el sitio del traumatismo 2) en el sitio en el que la esclerótica es más débil, generalmente alrededor del limbo de la córnea, debajo de las inserciones de los músculos motores del ojo, alrededor del nervio óptico 3) en el sitio de la herida, p. ej. tras una cirugía (de cataratas, etc.).
Tratamiento: la mayoría de las veces requiere cirugía urgente y corregir las estructuras anatómicas lesionadas.