Es un tipo de dolor crónico que afecta a la cara, ardor repentino o sensación de shock extremo. Por lo general, afecta a un lado de la cara y la causa probable es un vaso sanguíneo que presiona el nervio trigémino, uno de los nervios más grandes en la cabeza.
Tratamiento: Los analgésicos convencionales como la aspirina, el paracetamol y los opioides, no suelen ser útiles para controlar el dolor facial y se tiene que recurrir a fármacos para el tratamiento de la epilepsia como la carbamazepina, antiepilépticos que bloquean la excitabilidad nerviosa reduciendo el dolor y la frecuencia de las descargas de dolor. También se pueden asociar ciertos antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina. La cirugía va enfocada a aliviar la presión sobre el nervio trigémino y se reserva para los casos que no responden satisfactoriamente a los fármacos o cuando los efectos secundarios de la medicación son severos.